Ya sea por trabajo, estudios, amor, aventura o miedo, más de 12 millones de mexicanos han dejado la tierra que los vio nacer. La gran mayoría emigra hacia el país vecino del norte: Estados Unidos de América. Sin embargo, un número cercano a los 300 mil, se encuentra en Europa.
Nosotros somos un matrimonio, parte de los mexicanos que están en el “viejo continente”. En nuestro caso la aventura y los estudios fueron el motor que nos impulsó a vivir nuevas experiencias.
Siempre quisimos pasar una temporada fuera de nuestro país y vivir otras culturas. Si bien el objetivo de probar cosas nuevas y diferentes se cumplió, también nos dimos cuenta de que esas mismas diferencias nos hacen conocer más acerca de nosotros y de nuestra propia cultura. Según palabras de un amigo que admiramos:
“El mexicano puede salir de México, pero México nunca sale del Mexicano. ” Miguel Ángel Rodríguez
¡Y qué razón tiene! No pasan dos semanas y ya empiezas a buscar picante en los supermercados. Casi siempre decepcionado. A veces encuentras una latita de chiles traídos de México que atesoras e intentas comer de la manera más prudente, prolongando su inminente muerte. Pruebas “tacos” (sí, así, entre comillas, porque rara vez se parecen a lo que estás acostumbrado) que si bien te llenan el estómago, difícilmente cubren el hueco del corazón.
Al mes te encuentras buscando desesperadamente respuestas. Buscas grupos en Facebook. En nuestro caso nos unimos a “Mexicanos en Barcelona” y “Mexicanos en Madrid”. Entre los mares de preguntas sobre trámites, “mesas políticas”, recomendaciones turísticas, bazares de segunda mano (al estilo Wallapop), avisos oportunos de alquiler de habitaciones y hallazgos de restaurantes con sabores mexicanos, encontramos las dudas que, como olas, los miembros no dejaban de consultar: ¿Dónde encuentro chiles, salsas, mole, frijoles y tortillas de maíz?
Las respuestas varían de locación, mencionando al famosísimo “Corte”. Algunas latas de chiles, salsas y tortillas de harina en supermercados. Los que viven en las principales ciudades encuentran alguna tienda latina o mexicana que cuenta con un mayor catálogo de productos.
Visitamos una tienda mexicana. ¡Nos llenó de emoción! Tanto que salimos con una bolsa de no más de 2 kilos de cosas, a precios entre 5 y 7 veces mayores de lo que cuestan los mismos productos en México. Y aunque gastamos unos 80 €, no se borró la sonrisa nuestro rostro. En nuestras propias palabras, “Nadie sabe lo que vale una tortilla hasta que la paga en Euros”.
“Nadie sabe lo que vale una tortilla hasta que la paga en Euros”. María la Bonita
¿Qué nos queda como mexicanos cuando queremos disfrutar y compartir nuestra gastronomía? Esperar que alguien nos visite desde México para darle una lista de los productos que añoramos.
Platicando con mexicanos y consultando los grupos te das cuenta de que no somos los únicos. La mayoría de los mexicanos nos sentimos igual. Para cubrir este hueco que nos deja México, hemos creado:
¡A todos los que trabajan por acercar la cultura mexicana al mundo, queremos expresarles nuestro más grande reconocimiento y agradecimiento!
Atentamente
Maria Elena y Ricardo